"<<Cuando me llegue el momento>>, pienso cuando se marcha. Pero ¿cuál es ese momento?¿Cuál es el momento de Audrey? Ahora mismo, mi tiempo parece moverse como un péndulo a cámara lenta. Va adelante y atrás, adelante y atrás, pero las manecillas del reloj no avanzan. No llego a ninguna parte."
Estoy segura que muchos de nosotros hemos pasado por momentos en la vida en que tenemos que parar durante unos días o meses, hacer una especie de tiempo muerto en que nos repensamos toda nuestra existencia. Nos intentamos organizar de nuevo, poner las cosas en orden, superar algún problema o la pérdida de algún ser querido. Muchas de esas cosas nos hacen replantearnos la manera en que vivimos, las prisas y el estrés. Todo eso te fuerza, o más bien, el cuerpo te avisa que hay que parar, que hay que pensar en lo que estamos haciendo y buscar otros caminos si el que estamos siguiendo no es el adecuado para nosotros.
Debo confesar que compré este libro con la única finalidad de identificarme con la protagonista en su malestar, con sus problemas de ansiedad, fobia social, acoso escolar, ataques de pánico, depresión...todo eso lo he vivido yo, por lo que entiendo perfectamente las experiencias por las que tiene que pasar Audrey en su adolescencia, que además es el período más difícil en nuestra vida, donde tenemos que tomar decisiones, nuestra vida académica está en juego, cuando aún no hemos tomado ningún camino y estamos llenos de indecisiones. Si a eso le acompañas la ansiedad, todo se hace una montaña cuesta arriba, muy alta, inalcanzable a priori.
Pero Audrey no va a estar sola, contará con la doctora Sarah para, con una terapia de choque, superar estos problemas que le impiden hacer vida normal. Tras un episodio fuerte de acoso escolar extremo (que no explica al detalle y que me hubiera gustado saber más específicamente) Audrey coje mucho miedo a ir a la escuela y salir de casa, miedo a las personas (fobia social), incluso miedo a mirar a los ojos a los miembros de su familia y a cualquiera, por el dolor que ve en ellos tan claro.
Lo bueno de la novela es que esos problemas "tan serios" están tratados con "humor", y ese toque humorístico y fresco ayudan a agilizar la trama muchísimo. Yo me he leído el libro en un día o menos, se puede leer en una tarde perfectamente si tenéis todo ese tiempo libre.
La familia de Audrey es bastante graciosa por lo estrambótica que es: su madre una histérica, su padre un pasota al que le gusta la música rock y heavy, el hijo, Frank, un obseso de los videojuegos, ya que quiere ser gamer profesional en el futuro, y un niño pequeño de 4 años, Felix, que le pone los toques graciosos a todo también. Y como colofón, Linus el amigo de Frank que viene a jugar con él al ordenador pero que llamará la atención inmediata de Audrey.
Así que tendremos también romance en la historia, y Linus ayudará a Audrey a salir de su burbuja y enfrentarse a las personas del exterior, así como volver a su vida normal, si bien hay que tener claro que siempre puede haber recaídas en estas enfermedades psicológicas y emocionales.
Una novela romántica adolescente llena de temas y problemas emocionales tratados con humor, que hacen de la lectura de este libro algo ameno y a la vez donde aprendes sobre varias cosas interesantes que os pueden ayudar si estáis pasando por cualquiera de esos problemas.
Muy buena 4/5
Reading a lot
